Crónica del concierto de NASHVILLE PUSSY en BILBAO (Kafe Antzokia) ⚡︎ Metal Hammer

El arte de desmelenarse a golpe de Bourbon con Nashville Pussy

Redacción Metal Hammer 
16 de octubre de 2024



Bandas: Nashville Pussy – Strengsbrew

Lugar: Kafe Antzokia, Bilbao – 10 de octubre de 2024

Promotor: Undercover Producciones

Texto: Txema Garay

Fotos: Xabi Aresti

Hay grupos que poseen una reputación exclusiva que les distancia del resto de bandas. Esos aventajados capaces de hacer saltar por los aires cualquier recinto por complicado que se tercie. La banda comandada por Blayne Cartwright y Ruyter Suys continua fiel a su esencia extendiendo un legado inquebrantable a base de un directo contundente, una actitud arrolladora y toneladas de bourbon.

A pesar de caer en jueves, el Kafe Antzoki registró una buena entrada con un montón de acólitos no quisieron perderse la jarana de los norteamericanos y aunque el recinto no estaba a rebosar, pudimos disfrutar de una gran camaradería que se extendió durante toda la velada.

Como aperitivo se encontraban Strengsbrew, un supergrupo formado con puntales de primera línea como el señor Keith Streng (The Fleshtones) o el espectacular batería Robert Erikkson (The Hellacopters). Unos alicientes que acercaron a la concurrencia a primera hora y animó el cotarro desde los primeros instantes.
Con la tropa aun entrando, irrumpieron en escena los sueco-americanos liderados por un inquieto Keith String que desde los primeros compases se entremezcló con la concurrencia con sus continuas visitas a las escaleras. Su álbum Too Far North no nos había llamado mucho la atención e incluso lo percibíamos demasiado sosegado, pero en directo su impacto fue totalmente distinto. Pelotazos como” The Darker it Gets”, “Cherry Red” o la correosa “Sin’s a Good Man’s” dejaron un gran sabor de boca entre los congregados.

Los americanos visitaban nuevamente el Kafe Antzoki donde se han partido la cara en incontables ocasiones. Esta vez, tampoco sería distinto y desde que arrancaron con “Pussy’s Not a Dirty Word” pudimos contemplar a una banda a todo trapo donde descollaba una Ruyter Suys completamente desatada. Concatenaron sin dar mínima tregua la despectiva “Piece of Ass” y el incombustible himno “She’s Got The Drugs”, todo un alboroque a la hierba, que volvió a resultar infranqueable en las distancias cortas.

Blayne Cartwright comandó con galones a la banda como antaño y fue en sí mismo todo un alarde apabullante de actitud. No tardaron mucho tiempo en desvelar la emblemática “Come On Come On” que atravesó el recinto de un lado al otro con los cánticos del personal que apoyaban sin fisura a los americanos. En esa tónica empalmaron una retahíla intachable de trallazos como “High As Hell”, “Ain’t Your Business”, “You Give Drugs a Bad Name” o la incombustible “Going Down” inapelable en todos los aspectos.

La banda funciona a las mil maravillas con un rodaje visible a larga distancia y manteniendo los cánones que les han hecho grandes.

Sus letras son toda una declaración de intenciones y con la enérgica “Strutting Cock” elevaron el nivel a cotas prácticamente inalcanzables, gracias a una Ruyter Suys que no dudó en desmelenarse mientras clavaba los pertinentes punteos del guion.
Disfrutamos de un cenith sólo a la altura de los más ilustres y es que su estilo a medio gas entre AC/DC, Motörhead y The Ramones resulta inexpugnable en todas sus vertientes. Elevaron las copas de bourbon con la sagaz “Hate And Whisky” flanqueados en ese regusto sureño a lo Lynyrd Skynyrd que tan buenos resultados ofrece en directo. La dupla compuesta por la veloz “Pilbilly Blues” cuyos riffs nos puso los pelos de punta y la estrambótica “Till The Meat Falls Off The Bone” intercalaron la presentación de sus integrantes, y un brindis al más puro estilo del sunbelt donde Blaine Cartwright se calzó en su sombrero de un suspiro dos cervezas. Momentos en los que aprovecharon para apearse del escenario.
Regresarían pronto a las tablas para encarar la recta final con otro montón de pólvora compuesto por una potente “Rub it to Death” que sirvió de preludio a otro pepinazo indescriptible como fue “Why why why”. El broche correspondió a otro de sus himnos implacables “Go Motherfucker Go” que contó con una desatada Ruyter Suys esparciendo Jack Daniels entre los fieles antes de poner la puntilla a base de guitarrazos por los suelos.

N.d.r. Metal Hammer agradece la disposición de Bonnie Buitrago y del Kafe Antzokia para poder desarrollar nuestro trabajo.

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